De acuerdo a un estudio realizado por Facebook y IDC Research, el 79% de las personas tienen sus teléfonos inteligentes consigo durante 22 horas diarias. Es por ello que las marcas están realizando un gran esfuerzo por posicionarse en la tecnología móvil.
En la actualidad, un gran porcentaje de sus presupuestos publicitarios se asigna para estos dispositivos pero ellos representan un gran desafío para los anunciantes. El incremento de las descargas de los adblockers demuestra el sentimiento de los consumidores frente a los anuncios.
De hecho, como sugieren los estudios, las personas han cambiado sus hábitos y se están volcando a los dispositivos móviles. Los tienen consigo durante todo el día y sin embargo, la publicidad en ellos no funciona en la forma en que lo desean los anunciantes.
Hay quienes afirman que el problema es la interfaz, ya que en ocasiones los anuncios son tan pequeños que se necesita una lupa y dedos sumamente delgados para poder interactuar con ellos.
En parte, este problema se puede solucionar a través de la optimización de los sitios web y del diseño “responsive”, que exhibe el anuncio en forma diferente cuando se navega desde los Smartphones.
Pero con solo reducir el tamaño de la página web al tamaño de la pantalla del teléfono no se resuelve el problema de los anuncios para móviles.
Antiguamente, la televisión o los diarios, eran los propietarios de los canales de comunicación y por ello tenían el permiso de interrumpir a los consumidores en cualquier momento con los anuncios.
En el caso de los Smartphones, los usuarios tienen una relación íntima con el dispositivo, que a menudo está sumamente personalizado con las aplicaciones y la configuración que prefieren (entre las que se incluyen los bloqueadores de anuncios).
Si la experiencia de navegación o la usabilidad del dispositivo se ve interrumpida con anuncios molestos, la mala impresión que los consumidores tienen de la marca que está detrás de los mismos puede persistir durante mucho tiempo.
La publicidad, como la conocemos actualmente, no fue diseñada para la realidad de los dispositivos móviles. Estaba construida para ser vista en forma pasiva e incluso subliminal, mientras el usuario no está haciendo ninguna otra cosa.
Solo se necesitaba un cierto grado de segmentación demográfica, pero no se tenía en cuenta el contexto de los consumidores.
En los dispositivos móviles, como su nombre lo indica, las personas están en movimiento y ocupadas en otras cosas por lo que los anuncios deben tener las siguientes características:
Es importante usar tecnologías como la geolocalización y obtener los datos del comportamiento para ofrecer a los consumidores los mejores anuncios orientados al sitio donde se encuentran y a lo que están haciendo allí.
La comunicación debe ser relevante para el sitio y la actividad que está llevando a cabo el usuario en un momento determinado.
Olvídate de las páginas con contenidos elaborados. Los anuncios deben ser simples, elegantes y de fácil navegación.
La comunicación debe promover la acción inmediata por parte de los consumidores en lugar de ponerlos a considerar sobre una acción futura.
En lugar de ser considerado como una molestia, que interrumpe la experiencia de navegación, el anuncio debe ofrecer algo de valor a los consumidores para que estos acepten otras comunicaciones por parte de la marca.
Los dispositivos móviles requieren de un enfoque totalmente diferente a lo que conocías anteriormente. No son únicamente un nuevo canal. Necesitan un nuevo formato (basado en el tiempo y en el espacio) y un nuevo lenguaje de marketing. Es necesario ofrecer una información relevante, de acuerdo al lugar en el que se encuentran y a lo que están haciendo los consumidores) para poder captar su atención.