La Realidad Virtual (VR) es una tecnología que ha tardado mucho tiempo en ser verdaderamente una realidad. No es una tecnología simple, mucho menos fácil de utilizar y el hardware que se necesita para disfrutar es bastante caro – o así fue hasta hace un par de años.
Los desarrollos tecnológicos tienden a dar brincos importantes en tanto a desarrollo y accesibilidad se refiere, y el VR es uno de los mejores ejemplos de esto. Hace unos años habrías necesitado muchos programadores, diseñadores, visores especiales, máquinas potentes para correr; hoy tu smartphone y, en el peor de los casos, un cardboard, en el mejor tu PSVR o tu Oculus, te permiten hacer cosas verdaderamente maravillosas.
En la actualidad, las posibilidades que existen de interacción son prácticamente ilimitadas y esto está desplazando de manera muy rápida a la publicidad tradicional, por lo menos como lo fue los últimos 30 años.
El poder interactuar con espacios en 360º, como por ejemplo con el Museo de Louvre, son algunas de las “más limitadas” opciones que existen.
El marketing tiene sus fundamentos en las experiencias que pueden (o no) vivir los usuarios. A mayor experiencia, mayor retención y muy probablemente, más ventas. Es aquí que podemos comenzar a responder la pregunta original, ¿el VR tiene futuro en el marketing? Creemos que la respuesta es sí.
Ahora, ¿de qué otras maneras se puede utilizar el VR en las estrategias de marketing?
Convierte a tu espectador en el “dueño” del auto que estás presentando. Invitalo a que conozca el departamento o el tiempo compartido que aún está en construcción. El objetivo de crear experiencias es poder vivir algo de la manera más real posible y que de esta manera se interese por lo que está del otro lado de la realidad virtual.
¿Has visto los juegos mecánicos en los que usas visores de VR? El objetivo es poder convertirte en el piloto de una nave espacial o de un auto en alguna aventura cualquiera. ¿Qué pasaría si tu consumidor se convierte en Messi al momento de comprarte unos tacos de fútbol? O poder ver cómo funciona algo tan simple como puede ser una lámpara.
El chiste es ubicar en el centro de tu historia a tu público y volverlos parte de lo que esté ocurriendo.
Una opción bastante interesante si quieres generar empatía con un tema en específico. Lleva a tu audiencia al centro del conflicto, que conozcan a los que están ayudando. El New York Times lo entendió muy bien al intentar hacernos conscientes de los retos que existen en los millones de desplazados que existen en las zonas de conflicto, por ejemplo.
Aplicaciones hay muchas, solo tenemos que encontrar la mejor manera para poder explotar las herramientas que tenemos al alcance de nuestras manos.
Como casi todas los desarrollos tecnológicos, las ejecuciones en VR tienen mucho futuro en el marketing. La mejor recomendación que te podemos hacer es conocer las posibilidades que existen y estar siempre conciente de estos avances. Al final, ¿qué no queremos innovar en la manera que entregamos nuestro contenido?
Cuéntanos qué campaña de VR es tu favorita, o cuáles productos o servicios se beneficiarían del uso de VR.